[[Hay gente esclava de sus palabras, de sus deseos, de sus pensamientos...
sus manos están atadas con esparto a su corazón y a su cuello,
se ven arrastrados y no se dan cuenta.
Otros sin embargo, somos libres. Pensamos lo que queremos,
comprendemos nuestros deseos sin darles el control de nuestra vida,
cargamos con el corazón con resignación y no con pena...]]